¿Aumento o “acomodamiento técnico”? Otra vez sube la nafta y el gasoil, esta vez con la firma de YPF y el guiño silencioso del Estado.
Apenas unas semanas después de haber bajado los precios, YPF volvió a ajustar el valor del combustible, esta vez con una suba mínima, casi quirúrgica: entre 0,2% y 0,4%, lo que equivale a unos $2 a $3 por litro. Poca plata, sí. Pero con cada ajuste, el bolsillo pierde otro round.
La excusa oficial: el aumento de los biocombustibles, autorizado por la Secretaría de Energía. Sí, la misma que aprieta el botón de “ajuste” cuando nadie está mirando. Con este guiño estatal, la petrolera que conduce Horacio Marin, líder absoluto en ventas, se apuró en subir los precios y mantener su “acuerdo honesto con los consumidores”. Honestidad selectiva, podríamos decir.

El sobre en la mesa
¿Casualidad o sincronía? Mientras el Gobierno juega al Tetris con los números macro, los aumentos de YPF caen con precisión suiza. Algunos ya hablan de sobre con moño en las oficinas de Energía, donde los “ajustes técnicos” siempre benefician a los mismos.
Y ojo, porque aún queda por verse si Shell, Axion y Puma se suman al baile. Ya sabemos cómo funciona esto: uno mueve, y los otros “acompañan”. Competencia, pero no tanto.
Así quedaron los precios actualizados en surtidores YPF:
Nafta Súper: $1.264
Infinia: $1.455
Diésel común: $1.276
Infinia Diésel: $1.411
GNC: $699
Lo que sube no baja. Y si baja, después sube con excusa. El relato se mantiene, aunque el litro de nafta te lo cuenten como un gesto de equilibrio.