Otra vez sopa. O mejor dicho: otra vez retenciones. Y esta vez disfrazadas en lenguaje técnico y publicado entre gallos y medianoche. El Decreto 439/2025 mete mano en los derechos de exportación (sí, las malditas retenciones) y amenaza con meterle otro sacudón al campo, justo cuando las cuentas no cierran y la paciencia del interior se agota.