Mientras los turistas disfrutan de sus vacaciones, los residentes locales enfrentan una realidad cruda: el acceso a la playa —y a la posibilidad de trabajar en ella— está restringido por mafias políticas bien organizadas.
Mientras los turistas disfrutan de sus vacaciones, los residentes locales enfrentan una realidad cruda: el acceso a la playa —y a la posibilidad de trabajar en ella— está restringido por mafias políticas bien organizadas.