Si venís pagando el gas con el 30 o 50% de descuento gracias a los subsidios por Zona Fría Buenos Aires, agarrate fuerte: el Gobierno de Milei lo quiere borrar de un plumazo, y lo peor es que lo haría por decreto, sin pasar por el Congreso. Otra vez, la lapicera manda desde Casa Rosada mientras las estufas del interior empiezan a temblar más que los usuarios.
Por Dante Villegas – Ensobrados.com.ar
Es un régimen que nació en el año 2000 para subsidiar el consumo de gas en regiones con climas extremos, como la Patagonia, la Puna o Malargüe. Durante años benefició solo a unos 800 mil usuarios. Pero en 2021, con la Ley 27.637 sancionada bajo el gobierno de Alberto Fernández, el beneficio se amplió a más de 4 millones de hogares, incluyendo la zona serrana, el interior bonaerense, Mendoza, Córdoba, San Luis, y otros rincones donde el frío no perdona.
La idea era simple: si hace frío, y tenés que meterle garrafa, estufa o caldera para sobrevivir, el Estado te banca una parte de la boleta. Te recortaban hasta un 50% del monto dependiendo tu situación económica.
📉 Recortar el beneficio y volver al esquema original de hace 25 años.
📌 O sea: que solo lo cobren algunas zonas patagónicas y precordilleranas, dejando afuera al 90% de los usuarios que lo ganaron hace tres años.
👉 En números: pasamos de 800 mil usuarios subsidiados a 4,3 millones. Milei quiere volver a ese primer número. Y para eso evalúa sacar un DNU, porque si lo manda al Congreso, se lo tiran abajo hasta los propios aliados.
Desde el oficialismo repiten un mantra económico: “el subsidio hizo crecer el consumo en un 7% en las zonas incorporadas, mientras que en las que no tuvieron beneficios, cayó hasta 9%”.
🔍 Lo dijo la consultora privada Economía y Energía, que asesora al Ministerio.
Pero, ¿qué quieren decir en criollo? Que como la gente usó más gas porque le salía más barato, el Estado gastó más, y como no hay plata, ahora hay que cortar por lo sano.
Si la movida avanza, se cae el descuento en más de 90 municipios de la Provincia de Buenos Aires, entre ellos:
General Pueyrredon (Mar del Plata)
Villa Gesell
Necochea
Tandil
Bahía Blanca
Olavarría
Mar Chiquita
Balcarce
General Alvarado
Tres Arroyos
Monte Hermoso
Pinamar
Patagones
…y una larga lista de distritos donde el invierno no se jode.
Estamos hablando de ciudades enteras donde las familias ya recalculaban gastos con tarifas aumentadas, y ahora directamente se les vendría la boleta cruda y sin anestesia.
Porque ya lo intentaron: la Ley Bases original incluía la eliminación total del régimen, pero tuvieron que sacarlo por la resistencia de varios gobernadores e incluso legisladores oficialistas.
Entonces, la jugada ahora sería recortarlo por tramos, como quien va pelando una cebolla para que no te lloren todos de golpe.
Hace poco el Gobierno eliminó el subsidio para usuarios con más de dos medidores a su nombre, y ahora iría directamente con un DNU que desactive la ampliación de 2021.
Ahí está el tire y afloje. En Legales del Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía dicen que sí, pero en Casa Rosada no están tan seguros. ¿Por qué? Porque saben que si lo sacan así, les pueden llover amparos y cautelares por todos lados.
Además, temen un frente político de gobernadores del interior —incluso no patagónicos— que se planten. Porque este ajuste no pega en Palermo: pega en lugares donde una boleta de gas puede comer la mitad de un sueldo.
Mientras Milei y Caputo deciden si apagan la estufa del subsidio, el invierno sigue su curso, con tarifas liberadas y salarios congelados.
Esto no es un capricho fiscal, es una jugada política con alto costo social, sobre todo para la clase media del interior, que no tiene otra que bancarse el frío o pagarlo con tarjeta.
¿A quién beneficia esto?
A las cuentas públicas, sí.
¿A quién jode?
A la clase media del interior, que no tiene ni planes sociales, ni beneficios para empresas, ni calefacción central.
La motosierra, cuando corta sin criterio, no ajusta: mutila. Y esta vez, el bisturí apunta al gas que abriga. Porque parece que en la Argentina de Milei, ser del interior es un lujo que ya no se puede pagar.