El sorteo fue azar, pero sus consecuencias son política pura. Fantino lo olfateó y lo dijo: Cúneo no va a ganar, pero puede hacer perder. Y en la provincia de Buenos Aires, con un peronismo que ya viene golpeado, un par de puntos pueden ser dinamita electoral.
Por Dante Villegas | Ensobrados.com.ar
Alejandro Fantino, con ese estilo de sobremesa que mezcla intuición política con calle, lanzó una bomba que todavía hace eco: el sorteo de los lugares en la boleta de las elecciones bonaerenses de octubre puede ser un dolor de cabeza inesperado para el peronismo.
No habló de encuestas, no citó consultoras truchas ni operaciones de campaña. Habló de algo simple, casi infantil: el orden de aparición en la boleta. Y en ese detalle, que a primera vista parece menor, Fantino ve un escenario que puede modificar el voto de miles de bonaerenses desencantados.
El sorteo dejó así la grilla en la provincia de Buenos Aires:
1️⃣ La Libertad Avanza, con José Luis Espert encabezando.
2️⃣ Santiago Cúneo y los Confederados.
3️⃣ Un partido libertario menor.
4️⃣ El peronismo con Jorge Taiana.
5️⃣ El Frente de Izquierda.
Fantino fue clarísimo:
👉 “Cúneo está con la ambulancia cargando a peronistas asqueados de lo que armaron Cristina, Máximo y Kicillof. Con ese segundo lugar en la boleta, le puede sacar cuatro puntos al peronismo”.
El razonamiento es brutal: el peronista desencantado que entra al cuarto oscuro, y que no quiere ni a Milei ni a la izquierda, se va a topar de frente con la cara de Cúneo. Y muchas veces, el voto es más de impulso que de militancia.
Fantino no se quedó en metáforas. Fue al hueso:
👉 “El sorteo es un balazo al pecho del peronismo. Con dos o tres puntitos que se les vayan, alcanza para cambiar la elección”.
Para demostrar su certeza, hasta se jugó una apuesta: medio millón de pesos a que Cúneo le roba al menos cuatro puntos al peronismo.
Puede sonar exagerado, pero Fantino no habla de números inventados. Habla de dinámica electoral. Si un partido incómodo como el de Cúneo se mete en el medio de las dos grandes fuerzas, el daño está hecho.
El fenómeno Cúneo no tiene que ver con adhesión. Nadie lo imagina arrasando en un escenario nacional. Pero su lugar en la boleta lo convierte en un refugio ideal para el votante de bronca.
Ese que no quiere más kirchnerismo, pero tampoco está dispuesto a regalarle un voto a Milei. Ese que no se identifica con la izquierda, ni con los radicales de museo.
Cúneo quedó justo en ese casillero: el de los enojados, los desilusionados, los que van a votar con la lapicera cargada de resentimiento.
Fantino lo pintó en una frase:
👉 “No es querido por el mundo libertario, pero tampoco por el peronismo. Es el voto del que no quiere ni a uno ni a otro. Y esa bronca vale oro en esta elección”.
El verdadero daño no es que Cúneo crezca. El problema es que crece a costa del peronismo.
Cristina, Máximo y Kicillof apostaron a Taiana como una figura de consenso, pero el resultado fue una candidatura que entusiasma poco y nada.
Si Cúneo se lleva apenas 3 o 4 puntos de peronistas enojados, ese porcentaje puede ser decisivo en una elección hiperpolarizada, donde los márgenes de error son finitos.
Fantino cerró con una definición que desnuda la lógica de octubre:
👉 “La elección está definida entre los que bancan a Milei y los que odian a Milei”.
En ese esquema binario, Cúneo funciona como una tercera vía del odio: no construye amor propio, pero capitaliza el rechazo ajeno. Y eso puede pesar mucho más de lo que algunos suponen desde los escritorios de campaña.
El análisis de Fantino abre un debate que hasta ahora pasó desapercibido: ¿qué tan determinante puede ser el diseño de la boleta en el voto real?
La ubicación, la cercanía con ciertos partidos y hasta la visibilidad en el cuarto oscuro son factores que, aunque suenen banales, pueden definir bancas.
👉 En nuestra próxima nota vamos a mostrar cómo es la boleta con la que vas a votar en octubre, y por qué ese papel, que parece un simple formulario, puede terminar inclinando la balanza.
El sorteo de boletas en la provincia de Buenos Aires dejó a Santiago Cúneo en un lugar privilegiado: el segundo casillero. Una posición que lo convierte en la opción inmediata para el votante desencantado y que, según los analistas, puede restarle puntos clave al peronismo de Taiana. ¿Un azar que se transforma en dinamita electoral?