El radicalismo busca marcar una nueva etapa. Sin el PRO ni LLA, apuesta a la participación interna y la reconstrucción desde el territorio.
Por Martina Ríos
En un escenario volátil, con partidos tradicionales fragmentados y nuevos liderazgos en disputa, el radicalismo intenta redefinirse. Su plan es ambicioso pero sencillo: recuperar estructura, volver al territorio y evitar alianzas que los desdibujen.
🗳️ Martes de definiciones
Este martes, la UCR provincial definirá el marco de alianzas para 2025. Todo indica que la opción será ir solos, sin sellos ajenos. La distancia con el PRO y los libertarios es total.
Se busca evitar repetir errores recientes, como ceder lugares sin condiciones. Esta vez, dicen, la estrategia es no resignar identidad a cambio de visibilidad.
🏠 Gesell apuesta a la participación local
En Villa Gesell, la UCR lanzó una convocatoria a asamblea de afiliados para definir las candidaturas. Se trata de un gesto hacia las bases, una forma de decir: “la decisión está en manos de los nuestros”.
No es una costumbre extendida en la política local. Por eso, si se cumple de forma transparente, puede marcar un nuevo estilo. Si se convierte en una puesta en escena controlada, reforzará el cinismo de los votantes.
🤝 Baldo y el dilema del doble juego
Luis Baldo se muestra junto a dirigentes libertarios. Si bien sigue usando los símbolos radicales, sus apariciones públicas con el mileísmo generan ruido. En las redes, no es raro ver su nombre compartiendo flyer con dirigentes LLA.
La pregunta es cuánto margen tiene un partido para sostener una “autonomía” cuando sus figuras más visibles juegan otro partido.
👥 La fórmula que viene
Aunque no se oficializó nada, ya se habla de una fórmula pensada para equilibrar experiencia y renovación. Una mujer y un dirigente territorial, un sector joven y uno con roce institucional. La idea es sumar, no dividir.
Habrá que ver si esta dupla logra algo más que una buena foto interna. El desafío es salir a disputar el voto sin aparato estatal ni estructura grande.
🧭 Reconstrucción desde abajo
La conducción radical insiste: hay que volver al trabajo territorial. No hay figuras nacionales que empujen, por eso el esfuerzo será local. Capacitación, presencia en los barrios, diálogo con clubes, ONG y comerciantes.
Este enfoque contrasta con lo que se ve en otros partidos, que siguen apostando a la figura mediática. La UCR busca base sólida, no fuegos artificiales.
🔄 Entre el testimonio y la posibilidad
La pregunta clave es si este intento de autonomía es un punto de inflexión o simplemente una estrategia testimonial para no desaparecer. Si el radicalismo logra conectar con los problemas reales —seguridad, inflación, trabajo— podría revalorizarse. Si no, quedará encerrado en sus comités.