Casta Mar: cuando la política se tiñe de protector solar
Pinamar volvió a ser el patio trasero del poder real argentino. No importa la bandera ni el color partidario: del libertario Santiago Caputo al eterno Sergio Massa, pasando por Larreta, Wado, Ritondo, Recalde, Pullaro y Zabaleta. Todos bajaron al mismo parador: Casa Mar, rebautizado con ironía como “Casta Mar”, por los propios protagonistas del “anticastismo”.
No es joda: el point top de la política en ojotas y bermudas es propiedad (dicen) del empresario Daniel Vila, eterno socio de José Luis Manzano. ¿Quién dijo que el poder está en Balcarce 50? Está en la reposera 4, con sombrilla azul y ronda de Aperol.
Santiago Caputo & Yeza: reencuentro en modo Netflix
En el bodegón Utopía Restomar, de esos que los políticos no pisan salvo por error de GPS, se cruzaron Santiago Caputo y Martín Yeza. Viejos amigos, se reencontraron “por azar”, pero enseguida apareció el aura de rosca.
Caputo, el cerebro narrativo detrás del Mileísmo, no solo abraza viejos conocidos: también organiza cenas con Ritondo, cena judicial con el PJ y te arma una narrativa mientras el otro mastica rabas.
Rosca judicial: cuando el kirchnerismo y el PRO cenan en la misma mesa (literal)
Uno de los encuentros más picantes ocurrió en el balneario Terrazas del Alba, donde el rector de la UNLZ y pope del Consejo de la Magistratura, Diego Molea, juntó en la misma mesa a:
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Cristian Ritondo (PRO)
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Florencia Retamoso (Bullrichista)
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Fabián Perechodnik (libertario-friendly)
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Ariel Sujarchuk (peronista camaleónico)
¿Tema de la cena? Nada menos que la rosca para los pliegos judiciales, la Corte, el Consejo de la Magistratura y las sillas vacías del Poder Judicial. A vos te aumentan la SUBE y ellos deciden quién juzga a quién con la panza llena y los pies en la arena.
Todos los caminos conducen a Casta Mar
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Sergio Massa y familia Galmarini pasaron de CR a Casa Mar.
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Wado de Pedro y Recalde, como en un revival camporista, también desfilaron.
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Rodríguez Larreta hizo campaña con turistas como si aún existiera el PRO.
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Maxi Pullaro y Gerardo Zamora se cruzaron sin importar que uno es radical y el otro peronista.
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Momo, el streamer, fue más fotografiado que Tetaz.
Conclusión: no hay grieta que el viento de Cariló no derrita.
Y como siempre, la verdadera rosca no se tuitea, se mastica con langostinos.
Final abierto (como la heladera de Casa Mar): ¿Quién conspira contra quién?
En esta temporada, no hay enemigos irreconciliables ni bandos puros.
Hay alianzas de verano, armados tácticos, y cenas entre supuestos rivales, como si 2027 fuera mañana.
Todo eso pasa mientras vos tratás de pagar la boleta de luz en tres cuotas.