La interna peronista bonaerense, entre el espanto y el "amor" por la UCR. En la Quinta Sección se juega a la ruleta rusa con las bancas legislativas y la calculadora no les da sin la ayuda radical. ¿Será que el panquequismo es el nuevo pragmatismo? La nota que te cuenta la verdad de la milanesa política.
El peronismo de la Quinta Sección Electoral, esa porción de la provincia de Buenos Aires donde el mar y la política se mezclan en un cóctel explosivo, está haciendo más malabares que un circo en plena temporada. La misión, dicen, es “retener dos senadurías” y no ser aplastados por la aplanadora PRO-LLA, que por esos pagos parece tener más nafta que en el resto del país. Lo más jugoso de todo esto es que, en su desesperación, ¡le prenden velas a la UCR! Sí, leíste bien. Los mismos que históricamente se sacaron chispas, ahora miran a los radicales con ojos de cordero degollado, esperando que no se sumen a la fiesta libertaria y les salven las papas del fuego. Un verdadero vodevil político. 🤡
Para entender este cambalache, hay que poner la lupa en Mar del Plata. Con casi el 44% del padrón seccional, lo que pase en “La Feliz” define el destino de la región. El peronismo, con una fe ciega que ni un predicador, se auto-convence de que el escenario será calcado al de 2021, aunque ya se resignan a que menos gente irá a votar. ¿El objetivo? Revalidar las bancas de Pablo Obeid y Gabriela Demaría, sus soldados en el Senado bonaerense. Suena a película repetida, pero con menos público y más incertidumbre.
La palabra “unidad” en el peronismo hoy suena más a conjuro que a estrategia real. Con Cristina Kirchner condenada y los cuchillos volando bajo, la idea de ir todos juntos es casi un milagro. “El clima no da para dos listas”, balbucean por lo bajo, mientras los camporistas y kicillofistas se tiran con lo que tienen a mano. Después del papelón de 2023, donde el Frente Renovador y los vecinalistas de Acción Marplatense se hicieron humo, ahora el kirchnerismo busca aglutinar todo lo que respire en Mar del Plata: La Cámpora, el FR, los gremios pesados (CGT, SMATA, La Bancaria, UOM), y hasta los Descamisados. Un verdadero rejunte de voluntades, más por espanto que por convicción.
Entre los pesos pesados del peronismo local suenan nombres como Fernanda Raverta (la ex ANSES que nadie sabe bien dónde encaja ahora), el diputado bonaerense Juan Pablo De Jesús (el “dueño” de La Costa), Gustavo Pulti (el eterno exintendente marplatense que siempre vuelve), y los actuales senadores Demaría y Obeid. Por el lado massista, Germán Di Césare (exintendente de General Alvarado) y los exdiputados Juan Manuel Cheppi y Ariel Ciano. La verdad es que, más allá de la sarasa, todo se decide en la cúpula nacional. Acá abajo, los soldaditos solo esperan la orden de largada.
La Quinta Sección pone en juego cinco bancas en el Senado, de las cuales dos son radicales, dos peronistas y una del PRO. La UCR, con 12 intendentes en la sección, se enfrenta al dilema de su vida: ¿aliarse con el PRO-LLA y terminar de furgón de cola, o jugar por su cuenta y arriesgarse a ser irrelevante?
Veamos los números, que no mienten y son más fríos que el agua de Mar del Plata en invierno:
La jugada maestra, o el papelón, lo protagonizaría Guillermo Montenegro (PRO), intendente de General Pueyrredón, quien se perfila para encabezar la lista PROlibertaria. El segundo lugar sería para una mujer de LLA y el tercero para Alejandro Rabinovich, su actual senador. ¿Y la UCR? Si se suma a esta fiesta, Maximiliano Abad, el peso pesado radical de la Quinta, se comería el garrón de ir cuarto en la lista. ¡Un pésimo negocio! Porque, si van por su cuenta, los radicales tienen chances de meter al menos una banca.
Aquí es donde entra el factor “salvador” para el peronismo. Su optimismo crece exponencialmente si la UCR decide no subirse al barco PRO-LLA. ¿Por qué? Porque, según sus cálculos, la UCR le robaría un buen puñado de votos a los libertarios, especialmente en los 12 distritos que gobiernan, como Tandil, donde el caudillo radical Miguel Lunghi tiene un peso específico. En el fondo, el peronismo reza para que la UCR juegue de “partido vecinalista” y les haga el favor de dividir los votos de la derecha. ¡Qué bajo hemos caído! 🤡
En definitiva, el peronismo de la Quinta Sección parece estar más preocupado por no perder lo que tiene que por ganar algo nuevo. Su estrategia es más un acto de fe que un plan sólido. La cuestión es: ¿hasta cuándo los peronistas van a seguir dependiendo de los errores de los demás para subsistir? ¿O es que ya no tienen ideas propias?
¿Vos le creés a esta “unidad” por descarte o ya estás guardando screenshots para el escrache cuando los números no les den?