¿Reflexión o verso? Otra muerte en moto que nos hace la vista gorda 💸
Saliendo de una cervecería, con la noche de testigo, la moto lo escupió en Costanera y calle 4. ¿Accidente o crónica de una muerte anunciada? Acá te desmenuzo la realidad que nadie quiere ver.
La noche del sábado se tiñó de sangre, como tantas otras en la Costa. El protagonista de esta tragedia, un pibe de 26 años, terminaba su juerga con amigos. El relato oficial es conciso: “perdió el control de la moto y cayó de manera violenta”. ¿Qué hay detrás de esa frase aséptica? ¿Alta velocidad? ¿Alcohol? ¿Ambas? Lo cierto es que, en un acto desesperado, sus amigos lo cargaron y lo llevaron al hospital local. Pero ya era tarde. El traumatismo torácico severo fue una sentencia. A pesar de los esfuerzos del personal médico, que batalló con maniobras de reanimación, el shock hipovolémico por politraumatismos se lo llevó. La autopsia, esa que no miente y desnuda la crudeza, solo confirmó lo que ya sabíamos: otro pibe más en la lista de víctimas evitables.
- “Una vez más, un hecho que debe llamar a la reflexión: usar siempre casco, respetar las normas de tránsito y circular con la máxima prudencia son medidas clave para cuidar la vida.” Este verso, repetido hasta el hartazgo, suena a chiste de mal gusto cuando las morgues se siguen llenando. ¿De verdad creen que con un eslogan de “reflexión” vamos a cambiar una cultura vial donde la imprudencia es casi un deporte nacional? 🤡
La UFID N°1 de Mar del Tuyú está a cargo de la investigación, mientras la Policía Científica hace las “pericias correspondientes”. Pero seamos honestos, ¿cuántas veces estas pericias derivan en algo que realmente cambie la situación de fondo? Se arma el expediente, se archiva, y la rueda de la muerte sigue girando. ⚖️
¿Doble tragedia o un patrón que nadie quiere frenar? 🔥
Esto no es un caso aislado, gente. Mientras la tinta del certificado de defunción de San Clemente se secaba, nos enterábamos de otra tragedia en Lucila del Mar: un pibe de 22 años perdió la vida al chocar su moto contra un auto. Dos muertes en cuestión de horas, en la misma región. ¿Coincidencia? ¿Mala suerte? ¿O la punta del iceberg de un problema endémico que las autoridades prefieren ignorar o maquillar con campañas vacías?
General Lavalle: 🔴 DRAMÁTICO ACCIDENTE EN PAVÓN: UNA ADOLESCENTE DE 17 AÑOS LUCHA POR SU VIDA
Los números no mienten y son más crudos que la carne sin cocinar. En Argentina, 4 de cada 10 muertes por siniestros de tránsito son de motociclistas. Y si hablamos de la franja etaria, los pibes entre 15 y 34 años son las principales víctimas, concentrando el 37% de los fallecidos, y el 76% de ellos son varones. No es una coincidencia, es un patrón. ¿Será que la moto, en muchos casos, es la única opción de movilidad económica en un país de bolsillos flacos? ¿Será que la falta de un transporte público eficiente y accesible empuja a la gente a subirse a estos fierros sin la debida formación ni las protecciones adecuadas?
- El 46% de las muertes viales en Argentina involucran motos. Para que quede claro: casi la mitad de los que no vuelven a casa, iban en dos ruedas.
- En 2023, murieron 12 personas por día en siniestros viales en el país. Los motociclistas son el 43% de esas víctimas.
- Se calcula que 7 de cada 10 motociclistas fallecidos no usaban casco, o lo usaban mal. ¿Falta de conciencia o de controles efectivos que obliguen a su uso?
- El parque de motos creció un 70% a nivel nacional. Más motos, más pibes en la calle, y si las condiciones de seguridad no mejoran, más tragedias.
La farsa de la “educación vial” y los controles de cartón
Nos venden el cuento de la “educación vial” como la panacea, pero la realidad es que el sistema es un colador. Se entregan licencias con criterios laxos, se hacen cursos de manejo que son una tomada de pelo y la calle se convierte en una jungla sin ley.
- Controles de alcoholemia: ¿Son realmente efectivos o solo operativos de marketing para la tele? Aparecen en ráfagas, en momentos clave (fin de semana largo, temporada alta), y después brillan por su ausencia. El resto del año, la impunidad reina.
- Velocidad: Las Costaneras, avenidas y rutas de la Costa se transforman en pistas de carrera nocturnas. ¿Hay radares funcionando? ¿Se aplican las multas con rigor o es una caja de recaudación para algunos?
- Uso del casco: Más allá de la ley, muchos lo usan de mentira, colgando del codo o sin abrochar. ¿Dónde está el control real que sanciona esa burla a la vida? Se sabe que el casco reduce en un 69% el riesgo de sufrir lesiones en la cabeza y un 42% el riesgo de muerte. ¿Por qué sigue siendo una opción y no una obligación real?
Las políticas de seguridad vial parecen escritas en un manual para países escandinavos, mientras acá la realidad nos golpea en la cara con cada nuevo parte de defunción. Hablan de “planes estratégicos” y “programas de formación”, pero en la práctica, se sigue muriendo gente joven, la más vulnerable.
¿Quién le pone el cascabel al gato?
La “reflexión” post-muerte es tan efectiva como un paracaídas descosido. ¿Cuántos pibes más tienen que quedar desparramados en el asfalto para que a alguien se le prenda la lamparita? ¿O vamos a seguir con el “pobrecito, qué mala suerte” mientras la rueda sigue girando y cobrándose vidas, especialmente entre los más jóvenes y los que buscan en la moto una salida laboral o una forma de moverse en un sistema que no les da más opciones?
¿Vos le creés a las excusas oficiales o ya estás guardando screenshots para el escrache público que se merecen quienes miran para otro lado? Compartí esta nota y dejá tu comentario. El asfalto no perdona, pero nosotros no deberíamos olvidar.