🏛️ Milei DNU Congreso: decretos y realidad: ¿Gobierno sin Congreso o Congreso sin voluntad?

Por Martina Ríos – Ensobrados.com.ar

En su última columna, Dante Villegas denunció lo que considera un “gobierno por decreto”, acusando al presidente Javier Milei de vaciar la democracia y convertir al Congreso en un adorno institucional. Como siempre, su pluma es filosa y su mirada aguda. Pero a veces —como ahora— conviene bajar el volumen para mirar el cuadro completo.

Sí, Milei firmó decretos. Muchos. Pero la pregunta no es si el presidente toma decisiones por decreto —porque todos los presidentes lo hicieron— sino por qué lo hace, qué rol está jugando el Congreso y si estamos realmente frente a una ruptura del orden democrático o, simplemente, frente a una coyuntura política incómoda y legalmente válida.

📜 Los DNU existen… porque la Constitución los permite

Primero lo obvio: los Decretos de Necesidad y Urgencia están contemplados en la Constitución desde la reforma de 1994. Son una herramienta legal, no un golpe institucional. Es más: tienen un procedimiento de control específico, que incluye la intervención de la Comisión Bicameral Permanente y la posibilidad de ser rechazados por cualquiera de las dos cámaras.

Es decir, el sistema tiene un mecanismo de control. Que no se use, es otro problema.

La pregunta debería ser: ¿por qué el Congreso no actúa como corresponde? ¿Por qué la oposición, que tiene capacidad de bloqueo y hasta de rechazo, no presenta proyectos alternativos, no sesiona, no discute?

Ahí es donde el argumento de “gobierno autoritario” pierde fuerza. No estamos ante un Ejecutivo que cerró el Congreso. Estamos ante un Congreso que elige no enfrentar al Ejecutivo.

⚖️ Crisis de representación, no de legalidad

Lo que estamos viendo es una crisis política, no una ruptura institucional. Y es importante diferenciar una cosa de la otra. Que Milei utilice decretos no significa que gobierne fuera de la ley. Significa que la política tradicional no encontró aún el modo de ponerle un límite dentro del marco legal vigente.

¿Es saludable? No necesariamente. ¿Es ilegal? No. Y eso importa.

Si mañana el Congreso decide rechazar el DNU 70/2023 o cualquier otro, puede hacerlo. Y Milei deberá acatar. El problema es que, hasta ahora, nadie quiere pagar el costo político de frenar a un gobierno que, guste o no, tiene una base de apoyo electoral significativa.

🔍 No confundamos autoridad con autoritarismo

La centralidad que adquirió el Poder Ejecutivo no es solo una decisión de Milei. Es también el resultado de una oposición fragmentada, sin estrategia común, que oscila entre la denuncia mediática y la negociación silenciosa. En ese vacío, el Gobierno avanza. No por dictadura, sino por inercia política.

Además, reducir toda la gestión a un modelo “sin Congreso” es una simplificación peligrosa. Hay leyes que se están tratando, hay proyectos en discusión, y muchas de las medidas más polémicas fueron puestas a debate (como la Ley Bases).

Que el Congreso no logre consensos o que las sesiones fracasen no es culpa del Ejecutivo. Es responsabilidad de los legisladores.

🤝 Milei no gobierna solo: gobierna con una parte del sistema que lo deja hacer

Otro punto que suele olvidarse: muchos gobernadores, legisladores y sectores empresarios respaldan silenciosamente las medidas del Ejecutivo. ¿Por convicción, necesidad o pragmatismo? Depende. Pero no se puede hablar de “autoritarismo” cuando hay apoyos explícitos o tácitos de partes relevantes del sistema político.

Y si algunos sectores del Congreso prefieren especular con el desgaste presidencial antes que asumir un rol opositor firme, eso también habla de una crisis de liderazgo parlamentario, no de una usurpación del poder.

🧭 Lo que se necesita: más política, no más escándalo

Es fácil alarmar. Lo difícil es construir alternativas. Milei está gobernando con las herramientas que le da el sistema, en un contexto económico crítico y con un Congreso que no logra organizarse. Si eso incomoda, la respuesta no es gritar “dictadura”, sino sentarse a legislar.

Porque si hay algo que la historia argentina nos enseñó, es que los abusos del Ejecutivo se corrigen con política, no con denuncias rimbombantes ni con catarsis en redes sociales.

📌 En resumen

• Los DNU son legales y constitucionales.
• El Congreso puede rechazarlos… si quiere.
• La falta de control institucional no es una imposición: es una omisión.
• El problema no es Milei solo. Es un sistema político que no está cumpliendo con su rol.

Como siempre, el poder tiende a expandirse cuando nadie lo limita. Y hoy, el límite no lo marca la ley: lo marca la voluntad política de ejercerla.

No te vayas sin leer lo que dijo #DanteVillegas sobre esto:

Gobierno por decreto en Argentina: Milei sin freno

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