♻️ Las Flores abre un punto para residuos de pilas y baterías en la ex Cattorini

♻️ Las Flores apuesta al ambiente: pilas y baterías tendrán su punto de recepción en la ex Cattorini

Por Redacción | Ensobrados.com.ar

El municipio de Las Flores acaba de dar un paso concreto en materia ambiental: habilitó un nuevo Punto de Recepción de pilas y baterías en desuso dentro del predio de la ex fábrica Cattorini, sobre la Avenida Vidal, en pleno acceso a la ciudad. La medida se suma a la estrategia local de gestión de residuos y apunta a resolver un problema que durante años fue invisible, pero altamente contaminante: el destino de esos pequeños dispositivos que todos usamos y que, si terminan en la basura común, se convierten en una verdadera amenaza para la salud y el ambiente.

🚮 Por qué importa dónde tiramos las pilas

Pocas veces se dimensiona el riesgo que representan las pilas y baterías desechadas de manera incorrecta. Una sola pila botón puede contaminar hasta 600 mil litros de agua. El mercurio, el cadmio y el plomo que contienen estos aparatos son altamente tóxicos y, una vez en contacto con el suelo o las napas, se esparcen con una facilidad alarmante.

Hasta hace poco, en la mayoría de los municipios, el destino de estos residuos era incierto. Muchos terminaban en bolsas comunes, enterrados en basurales a cielo abierto o directamente en el relleno sanitario, sin ningún tratamiento específico. Con el tiempo, la acumulación se traduce en pasivos ambientales imposibles de revertir.

Por eso, que Las Flores habilite un centro exclusivo para este tipo de residuos no es un gesto menor. Es, en los hechos, una manera de hacerse cargo de un problema que la sociedad genera todos los días y que requiere responsabilidad compartida entre Estado y vecinos.

🏭 Un lugar con historia, ahora para cuidar el futuro

El predio elegido tampoco es casual: la ex fábrica Cattorini, un emblema industrial de la ciudad, hoy reconvertido en espacio para distintas actividades comunitarias. Ubicado sobre Avenida Vidal —entre San Martín y Carmen—, es un punto accesible para cualquier vecino. Allí, quienes tengan pilas agotadas o baterías viejas (de celulares, computadoras, juguetes, controles remotos o electrodomésticos) podrán depositarlas de manera segura.

Este tipo de políticas también cargan con un valor simbólico: transformar un espacio que alguna vez fue motor de producción en un nuevo nodo de conciencia ambiental. No se trata solo de juntar residuos, sino de cambiar la lógica con la que se entiende el desarrollo urbano.

🌍 Residuos tecnológicos: un desafío global

Lo que Las Flores está haciendo con este Punto de Recepción forma parte de una tendencia mundial: cada vez más ciudades impulsan sistemas de gestión diferenciada para residuos electrónicos y eléctricos. La tecnología avanza a pasos agigantados y con ella aumenta la cantidad de aparatos en desuso. Celulares que duran dos años, televisores que cambian con cada mundial, notebooks que se reemplazan más seguido que nunca.

Ese ritmo de consumo genera toneladas de basura electrónica cada año, y el 90% no recibe el tratamiento adecuado. Por eso, organismos internacionales como la ONU recomiendan que los Estados adopten medidas de gestión local, con puntos de acopio seguros que permitan luego el reciclaje o disposición final controlada.

En este marco, Las Flores se suma a las ciudades que entienden que la sustentabilidad no es un slogan, sino una política pública concreta.

👨‍👩‍👧‍👦 La responsabilidad vecinal

Claro que no alcanza con que el municipio ponga un contenedor en la ex Cattorini. El éxito del programa depende de la participación ciudadana. Que cada vecino decida juntar sus pilas, separarlas del resto de la basura y llevarlas hasta el punto de recepción es un acto mínimo, pero multiplicado puede cambiar mucho.

El Área de Ambiente lo entiende y por eso promueve campañas de información y concientización. La idea es clara: todos podemos ser parte de la solución. No se trata de un trámite burocrático, sino de una contribución directa a la salud colectiva.

🌱 Un modelo que debería replicarse

Lo que hoy se ve en Las Flores debería funcionar como ejemplo para otros distritos bonaerenses. No es un gasto, sino una inversión en calidad de vida. En la provincia abundan los discursos sobre “cuidado ambiental”, pero escasean las acciones concretas. Un simple contenedor para pilas y baterías puede marcar la diferencia entre un futuro con agua potable o uno donde la contaminación sea moneda corriente.

Además, habilitar puntos específicos de acopio ayuda a instalar un mensaje potente: el residuo no desaparece cuando lo tiramos, sino que empieza un recorrido que alguien tiene que gestionar. Esa pedagogía social es clave en tiempos de consumo masivo y descartable.

🚀 Una oportunidad para crecer

Las Flores acaba de encender una luz verde. Con un gesto simple, pero efectivo, logró mostrar que el ambientalismo también se construye desde los municipios, con políticas cercanas a la vida cotidiana de la gente. No hacen falta megaproyectos ni discursos grandilocuentes: con voluntad y planificación, se pueden generar cambios reales.

Ahora, el desafío será ampliar el alcance, sumar más puntos de recolección y articular con empresas recicladoras que garanticen el destino final de esos residuos. Porque lo importante no es solo juntarlos, sino asegurarse de que no terminen en otro basural.

Mientras tanto, los florenses ya tienen una opción segura para depositar sus pilas y baterías. Y eso, en tiempos donde la urgencia ambiental suele quedar en segundo plano, es una noticia para aplaudir de pie.

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