
📌 Como decía el General: la única verdad es la realidad. Y la realidad en el Partido de La Costa es esta: un barrendero que se mata diez horas por día a cambio de $400 un feriado, y una funcionaria que nunca se presentó a trabajar, pero cobra más de $668 mil.
Recibo en mano, un destajista categoría 6 muestra su realidad:
10 horas diarias, de lunes a domingo.
Sueldo básico: $38.100.
Feriado trabajado: $400 netos.
Sueldo neto en mayo 2025: $433.235.
👉 Con un detalle indignante: el adicional por feriado equivale a lo que cuesta un alfajor simple. Para el Municipio, la vida de un trabajador esencial vale menos que la propina de un turista en temporada.

En el otro extremo aparece el recibo de Laura Jaqueline Nieves Beledo:
Cargo: “Personal administrativo, 40 horas”.
Sueldo básico: $236.544.
Presentismo: $94.617 (sí, presentismo).
Horas extras: $172.032.
Neto a cobrar: $668.352,21.
Lo insólito es que a esta mujer nunca se le conoció la cara en la Municipalidad. La concejal Cordone la denunció en la Justicia de Dolores: cuatro audiencias, cuatro ausencias. En la última, se presentó un certificado médico de dudosa procedencia.
No se trata de un rumor ni de un simple “fantasma administrativo”. Hay un expediente judicial que lo confirma.
Según la Requisitoria de Elevación a Juicio de la Fiscalía Especializada en Corrupción de Funcionarios Públicos (IPP 03-02-005712-18), Nieves Beledo fue imputada por:
Abuso de autoridad y fraude en perjuicio de la administración pública
Usar legajos apócrifos de destajistas y datos personales de vecinos para armar contratos falsos.
Retirar cheques municipales, falsificar firmas y cobrarlos en el Banco Provincia.
Haber percibido indebidamente $376.363 entre 2018 y 2019.
La maniobra fue confirmada por declaraciones de las propias víctimas, que descubrieron que figuraban como empleados municipales sin nunca haber trabajado allí.
La Fiscalía consideró probados los hechos y pidió juicio oral. Sin embargo, Nieves Beledo sigue figurando en los recibos municipales como empleada y cobrando un salario de privilegio.
La política, por su parte, calla. Ni el intendente ni los funcionarios responsables dan explicaciones.
Un barrendero que se rompe el lomo: $433 mil.
Una funcionaria fantasma imputada por fraude: $668 mil.
Diferencia: $235 mil a favor de la estafa.
Lo que muestran estos dos recibos no es un error ni una excepción. Es un sistema montado para explotar a los trabajadores y proteger a los parásitos de la política.
Un municipio donde el esfuerzo se paga con $400 y la trampa se premia con $668 mil.
Un municipio donde los barrenderos ponen el cuerpo, y las fantasmas ponen la firma.
Un municipio donde, como decía el General, la única verdad es la realidad. Y la realidad es obscena.