La interrupción del servicio de Televisión Digital Abierta (TDA) en Las Flores refleja el impacto del vaciamiento de ARSAT y la falta de inversión en infraestructura satelital. El intendente Geléné encabeza gestiones para recomponer el servicio y defender los derechos de comunicación de los vecinos afectados.
Por Dante Villegas | Ensobrados.com.ar
La interrupción del servicio de Televisión Digital Abierta (TDA) en Las Flores no es un simple error técnico, sino el síntoma más claro de un problema grave: el vaciamiento sistemático de ARSAT y los recortes que la empresa estatal viene sufriendo desde hace años. Y ojo, esto no es teoría conspirativa, es la realidad que sufren miles de vecinos que hoy están incomunicados, sin señal gratuita para informarse y entretenerse.
El intendente Alberto Geléné dio un paso concreto al sentarse con los representantes de TDA, ARSAT, el presidente del Concejo Deliberante, Fabián Blanstein, y un vecino afectado, Hugo Grimaux. Pero que quede claro: hacer una reunión no soluciona un problema que es estructural y político. Esta es la primera ficha de una partida que tiene mucho más por jugar.
La interrupción del servicio de Televisión Digital Abierta no es “un accidente” ni un problema menor. Es el resultado directo del deterioro técnico que sufre ARSAT por falta de inversión, por falta de repuestos, y sobre todo por la reducción brutal de personal capacitado.
La infraestructura satelital y terrestre que sostiene la TDA necesita mantenimiento constante y actualizaciones. Pero con los recortes, los centros de transmisión no dan abasto, los equipos fallan y la reparación se demora semanas o meses. Y ahí están los vecinos, sin TV abierta, sin derecho a la información.
Está bien que el intendente se ponga al frente y convoque a ARSAT y al Concejo. Pero esto no puede quedarse en “gestiones” que terminan siendo un comunicado más. Los vecinos esperan hechos, no fotos ni promesas.
Si Geléné quiere ser parte de la solución, tiene que exigir que desde Nación se destine presupuesto para ARSAT, que se modernice la red y que se garantice el acceso estable a la TDA. Porque la televisión abierta es un derecho, no una limosna.
Desde adentro, el vaciamiento es una realidad tangible: menos presupuesto, menos técnicos, menos mantenimiento. Esto impacta en la infraestructura que muchos creen “infalible”.
Sin una política pública clara, el servicio seguirá sufriendo cortes y los usuarios serán rehenes de decisiones políticas que favorecen a empresas privadas, dejando de lado el derecho de millones a comunicarse libremente.
Los afectados por la interrupción del servicio de Televisión Digital Abierta no pueden quedarse callados. Vecinos, usuarios y empleados de ARSAT deben organizarse y exigir respuestas claras, plazos concretos y transparencia en cada paso de la recomposición.
El reclamo debe subir de nivel, para que no siga siendo un problema “local” sino una cuestión nacional que exige soluciones reales.
La interrupción del servicio de Televisión Digital Abierta en Las Flores debe ser un llamado de atención para todos. Porque no es solo una cuestión técnica, sino política y social.
No se trata solo de volver a prender la TV. Se trata de garantizar que todos, sin importar su barrio o su bolsillo, puedan acceder a la información y la cultura. Que la TDA deje de ser un lujo para pasar a ser un derecho efectivo.