Futuro Radical Villa Gesell: ¿Renovación o pasado reciclado?

Análisis crítico de la cumbre Futuro Radical Villa Gesell: ¿El radicalismo bonaerense se mira el ombligo? Sin propuestas claras, entre el pasado y la incierta renovación.

“Futuro Radical” o pasado reciclado: el radicalismo se mira al ombligo en la Quinta

 

Mientras el país arde entre ajustes económicos, una inflación persistente y un hartazgo social creciente, un sector del radicalismo bonaerense se tomó el fin de semana para lo que mejor sabe hacer: una cumbre, un almuerzo y un documento. Esta vez, el epicentro fue Villa Gesell, bajo el sello de “Futuro Radical”, una línea interna que se autoproclama como la promesa de renovación, pero que, a juzgar por los hechos, sigue protagonizada por apellidos repetidos y discursos que parecen sacados directamente del archivo. La preocupación por el verdadero alcance de la crisis que afecta a los argentinos parece no ser la prioridad para un sector de la UCR.

Este encuentro en Villa Gesell puso en evidencia, una vez más, la dificultad de un partido histórico como la Unión Cívica Radical (UCR) para reinventarse y conectar con las urgencias de la ciudadanía. La brecha entre lo que se discute en los cónclaves partidarios y lo que vive la gente en la calle se agranda día a día, consolidando la percepción de una política desconectada de la realidad.


 

¿Renovación o ensayo general de viejas figuras? La Cumbre de “Futuro Radical” en Villa Gesell

 

El evento de “Futuro Radical” en Villa Gesell se vendió a los cuatro vientos como un “encuentro para construir futuro”, una promesa atractiva en tiempos de incertidumbre. Sin embargo, un vistazo a la lista de asistentes reveló una realidad diferente. Los nombres que acapararon los focos fueron los de siempre: Matías Civale (Tandil), Julio Alfonsín (Lezama), Perico Azcoiti (Necochea), entre otros referentes con décadas en el circuito político bonaerense y una marcada trayectoria. Más que una genuina inyección de aire fresco y un verdadero “Futuro Radical”, lo que se respiró sonó a un reagrupamiento de lo que quedó tras el colapso de Juntos por el Cambio, una coalición que implosionó post-elecciones, dejando a sus integrantes en la búsqueda de un nuevo camino.

La consigna de la cumbre fue clara y concisa: “Vamos solos”. Una declaración de principios tajante: sin peronismo, sin Javier Milei, sin socios. Es decir, sin red de contención en un escenario político cada vez más complejo y polarizado, que exige flexibilidad y capacidad de acuerdo. Pero lo que no quedó tan claro, y es el gran interrogante que dejó el encuentro de “Futuro Radical” en Villa Gesell, es ¿para qué ir solos? Porque las críticas al Gobierno libertario fueron tan previsibles como las diferencias con el kirchnerismo, pero lo que brilló por su ausencia fue una propuesta concreta, una hoja de ruta, un plan de acción para los problemas reales de los argentinos. ¿Qué piensan sobre el impacto de las tarifas dolarizadas, sobre la coparticipación federal, las retenciones agropecuarias que tanto afectan al campo, la crisis en la salud pública o la educación que se cae a pedazos? Nada. Solo generalidades, buenas intenciones y un discurso que suena a declamación más que a una convicción arraigada en la realidad. Para una perspectiva más amplia sobre estas estrategias, puedes leer nuestro análisis sobre “El reordenamiento de la oposición en Argentina”.


 

“Esperanza sin apurarse”: La Estrategia del Radicalismo en la Quinta

 

La frase de Matías Civale, uno de los referentes de “Futuro Radical” en Villa Gesell, fue reveladora y, para muchos, preocupante: “Vamos a construir esperanza, pero no nos tienen que apurar los tiempos para no meter la pata”. La traducción política de esta declaración es cruda y directa: vamos a esperar pacientemente a que Javier Milei se desgaste en la gestión, lo cual es previsible ante la magnitud de la crisis, y a que el peronismo no logre levantar cabeza y redefinir su liderazgo de forma contundente. Mientras tanto, el radicalismo, en lugar de ser protagonista de la coyuntura, parece seguir girando en la calesita de sus eternas internas, esperando que la inercia del hartazgo popular los impulse, sin necesidad de construir una propuesta sólida.

Porque eso es lo que se respiró en Villa Gesell: una rosca de dirigentes con tiempo, que parece desconectada del anclaje real en las urgencias de la gente. En este preciso instante, en Mar de Ajó y en cada barrio de la provincia de Buenos Aires, se discute a diario cómo pagar la luz y el gas, cuyos aumentos han sido siderales, o cómo hacer para que la heladera no esté vacía en un contexto de inflación implacable. Mientras tanto, en el Ateneo Alem de Villa Gesell, se debatía si “volver al centro” del espectro político o “reconstruir identidad partidaria”. La distancia entre la agenda de la política y la agenda de la calle es abismal y preocupante. Este divorcio, lejos de fortalecer al radicalismo, lo debilita y lo aleja aún más de la posibilidad de ser una alternativa real y competitiva en las urnas.


 

¿Y la gente? El Radicalismo y su Desconexión Territorial en la Quinta

 

La realidad electoral del radicalismo en la Quinta Sección Electoral es contundente y un reflejo de su debilidad actual. El partido no gobierna casi ningún municipio en esta importante región bonaerense, un bastión histórico que parece desdibujarse. Y donde todavía conserva alguna banca o concejalía, la percepción generalizada es que la desconexión con la ciudadanía es total. Hablar de “ir solos”, como propuso “Futuro Radical” en Villa Gesell, suena más a un capricho de cúpulas, a una especie de purismo ideológico, que a una estrategia política con anclaje popular y posibilidades reales de éxito electoral. Es un posicionamiento que ignora la dinámica de las coaliciones modernas.

Porque una cosa es la autonomía partidaria, necesaria para construir una identidad propia y diferenciada, y otra muy distinta es el aislamiento. Mientras el radicalismo se mira el ombligo, los intendentes peronistas en la provincia, muchos de ellos en la Quinta Sección, arman territorialmente de manera activa, fortaleciendo sus bases, gestionando y consolidando su poder local frente a las necesidades de los vecinos. Los libertarios, por su parte, copan la conversación nacional, capitalizando el descontento y marcando la agenda mediática con propuestas disruptivas. Y el PRO, a pesar de sus propias turbulencias internas y su difícil relación con LLA, busca reconfigurarse y adaptarse a la nueva realidad. El radicalismo, en cambio, parece atrapado en su propio loop: almuerzo, selfie, documento, en lugar de salir a la calle a escuchar y proponer soluciones tangibles a los problemas de la gente. Un ejemplo de estas tensiones internas que afectan a los partidos tradicionales lo vimos en Faltazo de líneas internas a la convocatoria del comité para fijar postura ante el armado electoral de la UCR Villa Gesell, que demuestra la falta de consenso incluso para sentarse a la misma mesa y dialogar.


 

Conclusión de Martina: El Incierto “Futuro Radical”

 

Si el autodenominado “Futuro Radical” es esto que se vio en Villa Gesell, entonces no es muy distinto del pasado de un sector del partido: tibio en sus posturas, testimonial en su discurso, y lamentablemente, encerrado en sí mismo, ajeno a las urgencias de la ciudadanía. En lugar de construir poder real, con propuestas innovadoras y una verdadera vocación de diálogo con la sociedad, estos sectores vuelven a la vieja liturgia de juntarse entre conocidos para decirse lo que quieren escuchar, reafirmando una comodidad que los aleja de la acción política efectiva.

El país no necesita un radicalismo que se aísle por una supuesta “pureza” ideológica que no se traduce en soluciones concretas para la vida diaria de los argentinos. Necesita uno que tenga algo nuevo y significativo para decir, que se atreva a proponer y a disputar el poder desde un lugar genuino de representación. Por ahora, el radicalismo sigue debiendo ese “futuro” que tanto pregona, mientras la realidad económica y social no da tregua en Argentina, y los problemas se acumulan en localidades como Mar de Ajó.


¿Creés que el radicalismo provincial podrá superar esta inercia y ofrecer una propuesta renovada, o seguirá siendo un partido con más pasado que futuro en el complejo escenario político argentino?

Mira la nota de Dante Villegas:

Radicales de La Quinta Seccion: “Con Milei ni con el peronismo”

 

 

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