Ensobrados responde críticas de un medio local: la denuncia contra el candidato Santana es real, judicializada y con pruebas concretas.
En el Partido de La Costa la política se cocina a fuego lento y los medios no se quedan atrás: algunos prefieren el silencio cómplice, la pauta oficial y la línea editorial a medida. Otros, como Ensobrados, optamos por publicar los papeles aunque incomoden. Y claro, cuando eso pasa, aparecen las críticas.
En los últimos días, un reconocido medio local intentó bajarle el precio a nuestro trabajo. La acusación: que publicamos “denuncias sin sustento”. Nada más lejos de la realidad.
El 30 de agosto se presentó en la UFI Nº 2 de Mar del Tuyú (Departamento Judicial Dolores) una denuncia firmada, con número de expediente y fiscal a cargo. La denunciante: Abril Moya. El denunciado: Sergio Santana, exconcejal y candidato a volver al HCD.
No fue un rumor de pasillo ni un “me contaron por WhatsApp”: fue una presentación judicial con pruebas —videos, capturas y testimonios— que hoy están en manos de la Justicia.
Publicar una denuncia con expediente en trámite no es “operar”: es hacer periodismo. Lo demás es relato.
Y para quienes quieran ver parcialidad donde no la hay, un recordatorio: fue Ensobrados el medio que expuso en su momento a la concejal saliente Evangelina Cordone cuando nombró como asesora a su propia hija, Abril Moya.
Es decir, a la misma persona que ahora denuncia a Santana. La línea es clara: cuando un nombramiento o un accionar tiene relevancia pública, lo publicamos. Sin importar apellidos, partidos ni parentescos.
Lo que molesta no es Ensobrados. Lo que molesta es que ya no alcanza con que un par de medios decidan qué se dice y qué se calla.
Durante años, la agenda pública fue controlada por pocos. Hoy, cuando aparece un portal que publica pruebas concretas sin pedir permiso, la reacción de manual es intentar deslegitimar.
Pero ojo: desprestigiar no es lo mismo que desmentir. Y ahí está el detalle. Nadie cuestionó la veracidad de la denuncia que publicamos.
A esta altura no se trata de Santana, ni de la denunciante, ni de la pelea chica entre oficialismo y oposición. Se trata de algo más grande: la libertad de informar sin condicionamientos.
Nosotros no decimos qué pensar, mostramos hechos. Y si los hechos incomodan, problema de quienes quedaron en evidencia.
La denuncia existe y está judicializada.
Ensobrados no opera para ningún partido ni apellido.
La molestia real es que se rompió el viejo monopolio de la agenda.
En lugar de discutir el fondo —una denuncia grave que involucra a un candidato en plena campaña—, algunos prefieren atacar al mensajero. Mala noticia: eso no cambia la realidad.
La Costa tiene derecho a un periodismo que no se arrodille ante el poder ni ante la pauta. Y si eso incomoda, bienvenidos a la incomodidad.