Negoció en silencio, tiró la ley al piso y blindó a Cristina con un voto misionero. El relato de la pureza se derrumbó en el Senado. ¿Y Milei? Esperando que algún día lo dejen gobernar sin pactos oscuros con la vieja política.
Carlos Rovira no aparece en los canales de Buenos Aires. No grita. No tuitea. No se pelea en vivo.
Pero cuando la ley Ficha Limpia se cayó en el Congreso, su firma estaba en la sombra. Y su jugada fue perfecta: blindó a Cristina, frenó a los libertarios y confirmó que la casta no se combate, se reorganiza.
📍Desde Misiones, Rovira mueve los hilos como patrón de estancia. Su partido—Frente Renovador de la Concordia—es una maquinaria de votos propios, leales, mudos.
Y esta semana, esos votos fueron el ancla que hundió el proyecto que hubiera dejado fuera a corruptos con condena judicial.
¿Casualidad?
No.
📩 Dicen que dos senadores habían prometido apoyar la ley. Pero se dieron vuelta a último momento.
¿Presión? ¿Llamados? ¿Un pacto? ¿Un sobre?
👀 Porque Rovira no solo protegió a los suyos: también le salvó la espalda a Cristina, que con esta ley podría haber quedado al margen de futuras candidaturas.
Y de paso, le frenó el carro a Javier Milei, que había bancado públicamente la iniciativa.
🤝 Nadie lo dice en voz alta, pero el acuerdo se olió a metros: el peronismo calló, el kirchnerismo festejó, y los renovadores “votaron mal por error”. Sí, claro.
📢 Desde ensobrados.com.ar lo gritamos sin filtro: Rovira es el ejemplo más claro de cómo la política de provincia se convierte en garante de la impunidad nacional.
Y lo hace tranquilo, porque la casta lo protege. Porque el sistema necesita de tipos que operen desde el fondo, mientras los focos miran para otro lado.
🔚 Ficha Limpia murió de una puñalada en el Senado.
Y la mano la puso un tipo que desde Misiones viene enseñando cómo se negocia el poder sin hablar.
Con mano de hierro, y bolsillos sin fondo.