En la práctica, más de 700 familias cobran casi la mitad de lo que les correspondería, ya que el Estado sólo aplica las magras alzas estatales regulares, muy por debajo de lo pactado con FOETRA
Las reuniones en la mesa salarial –mediadas por el Ministerio de Capital Humano (ex Trabajo)– fueron meras formalidades. En cada audiencia, los funcionarios ofrecieron no presentar ninguna propuesta concreta para destrabar el conflicto
El sindicato acusa que el Ministerio, encabezado por Sandra Pettovello, ni siquiera homologó el acuerdo de diciembre de 2023; según los delegados, “no homologó la paritaria, y no la ha pagado”
FOETRA advirtió que el gobierno nacional se ha negado reiteradamente a negociar la paritaria del sector telefónico, obligando al gremio a judicializar la disputa en instancias nacionales e internacionales
Hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recibió denuncias por estas suspensiones. Frente a la inacción oficial, los delegados plantean que el sindicato seguirá elevando el conflicto en todos los ámbitos.
Los trabajadores nucleados en FOETRA y otras organizaciones del sector salieron a las calles para visibilizar la crisis. En marzo de 2024 realizaron un banderazo en la sede de ARSAT en Buenos Aires, advirtiendo que si no se soluciona el “atraso salarial que mantiene la empresa desde diciembre” intensificarán las medidas de fuerza
En noviembre de 2024 convocaron un paro y movilización nacional: Claudio Marín (secretario general de FOETRA) denunció que “siguen sin pagar los aumentos que nos adeudan desde hace un año” y que la situación en la empresa “es terrible”
Los sindicalistas exigen, entre otros puntos, reclamos específicos claros:
Homologación del aumento pendiente: Reclaman que el Ejecutivo apruebe el 50% de alza paritaria ya pactada para ARSAT, pues hasta ahora está retenida por la Casa Rosada
A estos reclamos se suman las protestas de otros gremios del sector: por ejemplo, SATSAID (trabajadores de televisión por cable y medios audiovisuales) convocó paros y jornadas de protesta en agosto de 2024 demandando aumentos salariales de emergencia. El sindicato cableoperador reclamó un 15% de aumento trimestral frente a la oferta patronal del 5%, y organizó asambleas con alto acatamiento antes de cada audiencia. En ambos casos, la consigna unificada es enfrentar “el plan de guerra del Gobierno” contra los salarios, como define FOETRA, y unir fuerzas sindicales para frenar el ajuste.
La ofensiva salarial se inscribe en un contexto de profunda desfinanciación de ARSAT. Los voceros sindicales denuncian que el proyecto estatal «está en terapia intensiva»: el Ministerio nombró como nuevo presidente al ingeniero Mariano Greco, desplazando al abogado Facundo Leal, y sacó del directorio al delegado de FOETRA Carlos Andrenacci. La decisión de reemplazar autoridades con cercanía gubernamental ha paralizado los proyectos clave (satélites SG1, SG2, nuevos centros de datos, etc.), que ahora “están en suspenso” Los técnicos, además, se sienten mal pagados y amenazados, lo que ya produjo un éxodo de personal calificado: “A esto se le suman renuncias masivas del personal que, ante las dificultades e incertidumbres salariales, toman la decisión de pasarse al sector privado”
El agravante es que ARSAT es superavitaria y no requiere fondos del Tesoro para pagar sueldos, como insiste FOETRA; sin embargo el congelamiento impuesto por el Ejecutivo genera retiros “involuntarios” (el sindicato habla de despidos encubiertos) y agrava el desfinanciamiento de servicios públicos vitales que brinda la empresa. En palabras de los delegados, el ajuste provoca un “vaciamiento” real de la estructura: además de salarios bajos, la pérdida de conocimiento técnico dificulta la operación de los satélites nacionales y la red federal de fibra que conecta escuelas y hospitales
Los representantes de los trabajadores advierten que la respuesta del gobierno es directamente hostil. Como sintetizó Claudio Marín en una transmisión radial, “la respuesta por parte de los funcionarios es que no va a haber ningún tipo de aumento salarial, ni siquiera la corrección de la función pública”. Frente a esto, el sindicato resolvió continuar con protestas y acciones legales. Si no se destraba la negociación, Marín anticipa más paros nacionales y el “plan de lucha” conjunto del gremio: “seguiremos en la lucha hasta lograr la recomposición salarial acordada”.
En suma, la pelea en ARSAT encarna el conflicto mayor de los estatales con el gobierno de Milei: exige actualizar salarios con un convenio del sector, pero también se plantea defender a la empresa pública de un ajuste que profundiza el malestar laboral. Los sindicatos del sector ven en este caso una prueba de la “política despiadada de no reconocimiento de paritarias” que aplica la nueva administración, y prometen mantener “la pechada” hasta garantizar la homologación y cumplimiento del acuerdo salarial, así como la preservación de la compañía para el pueblo trabajador