Sergio Palazzo, ese Quijote sindical que carga contra molinos decretistas, volvió a la carga con una denuncia jugosa: el Gobierno escondió restricciones al derecho de huelga en un decreto de Marina Mercante. Sí, como cuando tu mamá te camuflaba la espinaca en la milanesa, pero en versión autoritaria.
El líder bancario no se anduvo con chiquitas: “Es una barrabasada jurídica”, sentenció, recordando que el DNU 70 ya había intentado lo mismo y la Justicia lo mandó a freír churros. Ahora, el oficialismo insiste con la táctica del “por si acaso”, mientras la CGT prepara otro amparo judicial. ¿El objetivo? Según Palazzo, “provocar y condicionar a los trabajadores” cada vez que reclamen.
Pero aquí viene el plot twist: la Justicia podría volver a tumbar la medida, lo que dejaría al Gobierno como ese amigo que insiste en pedirte plata sabiendo que nunca le vas a prestar. Mientras tanto, los equipos legales de la CGT ya están en modo “Ctrl+Z a este decreto”, y Palazzo advierte: “Si no hay respuesta, la confrontación será inevitable”.
Si hay algo que Palazzo sabe hacer bien (además de convocar paros), es resumir en una frase lo que todos piensan pero nadie dice: “Este Gobierno tiene conductas fascistas”. Y para demostrarlo, lanzó un tridente de acusaciones que duelen más que el dólar a $1.000:
🔨 “Golpean a los jubilados”: Porque ajustarles los ingresos mientras la inflación se pasea como si nada es el nuevo deporte nacional.
📰 “Ensobradan periodistas”: O sea, los invitan a ruidosas conferencias donde las preguntas incómodas se esfuman más rápido que las reservas del BCRA.
⚖️ “Limitan el derecho de huelga”: Con decretos ninja que aparecen donde menos te lo esperás, como un “jump scare” en una película de terror.
¿La cereza del pastel? Palazzo relativizó los resultados electorales de Milei en CABA: “Fue con baja participación”, dijo, en modo “ganó, pero no tanto”. Y remató con un pronóstico electoral que suena a “alerta roja” para el oficialismo: “Si pierden Buenos Aires, se les acaba la fiesta”.
Palazzo no solo criticó al Gobierno, sino que también le tiró un centro al peronismo: “Hay que unirse para frenar este desastre”. Y es que, según él, las próximas elecciones no son solo una pulseada política, sino un plebiscito sobre el futuro del país.
¿El escenario posible?
Si Milei gana, podría avanzar con reformas más duras (léase: “más ajuste, más decretos y más escondidas en el BO”).
Si la oposición se une, la provincia de Buenos Aires se convierte en el campo de batalla definitivo. “No podemos perderla”, insistió Palazzo, como si ya estuviera viendo el tuit de victoria de La Libertad Avanza.