
Mientras anuncian “tranquilidad para las familias”, en La Costa arrancó la clásica coreografía de chalecos fluorescentes, conos naranjas y comunicados triunfalistas. Todo bajo el lema mágico: “reforzamos los operativos”.
El municipio vuelve a mostrarse activo en los meses previos al verano, cuando los turistas asoman la nariz y los funcionarios desempolvan las actas de control. Pero detrás del decorado de “prevención” y “seguridad vial”, el libreto se repite: fotos, prensa y cero datos duros sobre resultados reales.
Los comunicados hablan de alcoholemia preventiva, verificación de papeles y fiscalización de colectivos que transportan grupos de egresados. Todo correcto… en el papel.
Lo curioso es que los operativos solo se intensifican cuando llegan los turistas, como si los accidentes y la falta de control fueran estacionales, tipo sandía o pan dulce. Durante el invierno, la misma ruta sigue llena de pozos, los colectivos escolares circulan igual, y los inspectores brillan por su ausencia.
Luciano Graña, encargado de Tránsito, aseguró que “buscan darle tranquilidad a las familias”. Frase de manual. Porque nada tranquiliza más que un funcionario diciendo que todo está bajo control mientras el municipio no logra ordenar ni el estacionamiento en el centro.
Además, festejó que las pruebas de alcoholemia dieron negativo. Un dato tan relevante como decir que el sol sale por el este. A esta altura, informar que nadie manejó borracho es como publicar un parte médico: “el paciente respira con normalidad”.
Cada temporada, el municipio vende el mismo paquete: “más controles, más prevención, más cuidado”. Pero sin estadísticas públicas, sin informes de siniestralidad y sin un plan de movilidad urbana serio.
Mientras tanto, los vecinos siguen esquivando pozos, camiones de arena sin luces y autos estacionados en doble fila frente a la comisaría.
El marketing vial funciona mejor que la gestión vial.
Los operativos de tránsito ya no son solo para prevenir accidentes. Son para mostrar que se hace algo. Chalecos, conos y un comunicado cada tanto. La fórmula del verano.
Porque en La Costa, la temporada empieza cuando llega el primer micro de egresados… y el primer fotógrafo del municipio.
Si la prevención fuera tan efectiva como los partes de prensa, el tránsito de La Costa sería Suiza. Pero acá seguimos, entre conos y declaraciones, esperando el verdadero control: el que no se anuncia, el que se hace todo el año.
Dante Villegas, desde La Costa, donde los conos naranjas aparecen más seguido que las soluciones.