💥 San Juan y Sarmiento: cuando Mar de Ajó Norte se convierte en zona liberada

Robo a mano armada en Mar de Ajó Norte:

Un buzo rojo, una capucha y un arma: la receta de otra noche de terror en Mar de Ajó Norte. En la esquina de San Juan y Sarmiento, un comercio fue víctima de un robo a mano armada que no sorprende a nadie… salvo a los funcionarios municipales, que insisten en que “la seguridad está garantizada”.

Las cámaras de seguridad no mienten. El ladrón, como un turista sin destino, se acerca a la caja y apunta a la empleada. Minutos después, desaparece con lo que no es suyo. Mientras tanto, los vecinos empiezan a plantearse si el patrullero es un adorno urbano.

La sensación de miedo y desprotección se intensifica con cada moto robada, cada arrebato y cada golpe de inseguridad que, según algunos frentistas, parece más un deporte local que un delito.

🔪 Vecinos al límite: “Estamos cansados, tenemos miedo”

El relato de los vecinos es más aterrador que cualquier registro audiovisual. La seguidilla de hechos delictivos —robos de motos, asaltos a mano armada y saqueos a comercios— dejó a la comunidad con una pregunta que nadie responde: ¿Dónde está la policía?

“Nos sentimos solos. Uno espera que el Estado cumpla su función, pero parece que sólo sirve para poner carteles de prevención que nadie lee”, confesó una vecina que pidió anonimato. La ironía es brutal: la “seguridad garantizada” que repiten los funcionarios brilla por su ausencia.

📉 Inseguridad en aumento: estadísticas que asustan

Aunque los medios oficiales minimizan el tema, los números hablan por sí mismos. Cada robo registrado en Mar de Ajó Norte es un golpe más a la confianza ciudadana. Y mientras los comerciantes viven con miedo, los patrulleros siguen patrullando… a paso de tortuga.

Lo cierto es que la esquina de San Juan y Sarmiento ya no es solo un punto geográfico: se convirtió en un símbolo de abandono estatal y desidia policial.

💸 ¿Soluciones o promesas vacías?

El caso quedó en manos de la comisaría local, pero los vecinos no esperan mucho. La ausencia de políticas efectivas, la falta de patrullaje y la sensación de que los delincuentes actúan “con horario laboral” hace que el miedo se instale como vecino permanente.

Mientras tanto, desde el Municipio se repiten las promesas de mayor presencia policial y campañas de prevención, pero los frentistas saben que en la práctica eso equivale a poner un cartel de “No Robar” en la puerta y cruzar los dedos.

Conclusión filosa

San Juan y Sarmiento no necesita cámaras de seguridad ni discursos de funcionarios. Necesita presencia, acción y políticas claras. Mientras tanto, los vecinos se preguntan si el verdadero delito no es el robo, sino la indiferencia oficial que permite que los ladrones paseen como en su casa.

Dante Villegas, desde Mar de Ajó Norte, donde la seguridad municipal tiene menos efecto que el repelente en verano.