
El tipo que hace un mes pedía menos Estado y más libertad ahora duerme en una celda del mismo Estado al que juró combatir.
Ignacio “Nacho” Contreras, concejal electo por La Libertad Avanza en San Vicente, fue detenido tras ser acusado por su pareja de haber disparado al menos dos veces su arma dentro del casco del campo que comparten.
El hecho ocurrió en el campo “Mi Viejo”, sobre el camino Once Boca. Los vecinos escucharon detonaciones y avisaron. Cuando llegó el Comando de Prevención Rural, se encontraron con vainas servidas en el baño, una 9mm y un despelote de película.
La fiscal Karina Guyot, de la UFI de San Vicente, ordenó la aprehensión inmediata de Contreras y su traslado a la Comisaría Primera.
Mientras tanto, la mujer (cuyas iniciales son A.J.) fue llevada a la Comisaría de la Mujer y la Familia para radicar la denuncia.
Según fuentes del caso:
Contreras estaba alcoholizado.
El arma estaba registrada y en regla.
Se solicitaron pericias de pólvora en las manos de ambos.
Hasta ahora, la causa se caratula como “violencia de género”. ⚖️
El concejal —que durante la campaña se llenó la boca hablando de seguridad, valores y orden— terminó mostrando otra cara del “nuevo modelo moral libertario”.
“Si el Estado no se mete en tu casa, vos tampoco deberías meterle tiros”, diría cualquier persona con dos dedos de frente.
La ironía es casi poética: el militante anti-Estado fue arrestado, esposado y procesado por el mismo Estado al que tildaba de opresor. 🤦♂️
Mientras Milei habla de “batalla cultural”, sus concejales parecen estar librando la guerra doméstica.
San Vicente se suma a la lista de distritos donde los libertarios acumulan causas antes que gestión.
Y la pregunta cae sola:
👉 ¿Qué tan “libertarios” son los que no pueden controlarse ni a sí mismos?
Lugar: Campo “Mi Viejo”, San Vicente.
Imputación: Violencia de género.
Fiscal: Karina Guyot (UFI San Vicente).
Pruebas: pistola 9mm, vainas servidas, pericia de pólvora.
Estado actual: detenido.
De prometer “orden y libertad” a terminar esposado por violencia de género.
Otro capítulo de la novela libertaria: mucho discurso, poco control.