
Palabra clave principal: dejar de fumar
Dejar el cigarrillo no es sólo una decisión de salud: es una forma de recuperar la libertad.
La Provincia de Buenos Aires lo entiende así y por eso hoy ofrece tratamientos gratuitos para dejar de fumar en 140 consultorios públicos distribuidos en todo el territorio bonaerense.
A través del Ministerio de Salud provincial, cada persona puede acceder a un acompañamiento profesional, individual o grupal, pensado para enfrentar una de las adicciones más instaladas y dañinas: el tabaquismo.
Un mapa digital disponible en www.ms.gba.gov.ar/sitios/tabaco permite ubicar el centro más cercano. El programa ya cambió cientos de historias —como la de Antonio y Lourdes— que hoy respiran distinto, sin humo, sin culpa y con una sonrisa que huele a vida.
Los consultorios de cesación tabáquica funcionan en centros de salud y hospitales públicos de los 135 municipios bonaerenses.
Ofrecen dos modalidades de tratamiento:
Intervención breve: cuatro consultas de entre 30 y 45 minutos.
Intervención intensiva: dos entrevistas de admisión y siete consultas prolongadas, en formato individual o grupal, con un equipo especializado en tabaquismo.
La psicóloga Laura Fulio, integrante del Programa Provincial de Control del Tabaco, explica que cada proceso se adapta a la historia y nivel de dependencia del paciente:
“Evaluamos la motivación, la experiencia previa y los obstáculos. No hay recetas universales: cada persona tiene su propio camino para liberarse del cigarrillo.”
El médico Mariano Levkovich, coordinador del consultorio en el CAPS 13 de Villa Lynch, lo resume sin vueltas:
“Entre cinco y diez años después del último cigarrillo, el cuerpo puede revertir la mayoría de los daños que causó el tabaco.”
Dejar de fumar reduce el riesgo de EPOC, infartos y cáncer, pero también mejora la respiración, el olfato, el gusto, la piel y el ánimo.
Y quizás lo más importante: recupera la confianza en que un cambio profundo sí es posible.
Antonio Giuliani, de 67 años, fumaba más de dos atados por día. “Antes no llegaba a la esquina sin agitarme; hoy camino 12 kilómetros seguidos”, cuenta orgulloso.
El clic llegó una tarde, cocinando para su familia:
“Dejé el cigarrillo en el cenicero y prendí otro sin darme cuenta. Cuando la ceniza cayó en la olla, lo tiré todo. Al otro día fui al consultorio y empecé el tratamiento.”
En ese mismo grupo estaba Lourdes Morales, 61 años, exfumadora de 40 cigarrillos diarios:
“Pensaba que el pucho me calmaba, pero era todo lo contrario. Me estaba robando el aire, la energía y los abrazos.”
Ambos fueron tratados en el CAPS 13 de San Martín, donde el acompañamiento psicológico y el trabajo grupal fueron clave.
La psicóloga Fulio asegura que el enfoque es cognitivo-conductual, centrado en cambiar hábitos:
“Dejar de fumar no sólo apaga un cigarrillo, sino que enciende nuevas formas de vivir.”
Para sumarse al programa, alcanza con escribir a controltabacopba@gmail.com o ingresar al sitio web del Programa de Control del Tabaco.
Allí se puede acceder al mapa georreferenciado de consultorios y a una guía de autoatención con recursos para acompañar el proceso, incluso para quienes prefieren comenzar solos.
Según el estudio “Situación Epidemiológica del Tabaquismo en la Provincia de Buenos Aires” (2021), el 23,1% de la población fuma, y la mayoría lo hace con cigarrillos industrializados. Pero también crece el uso de vaporizadores o vapers, que también contienen nicotina y generan dependencia.
El desafío, coinciden los especialistas, no es solo dejar de consumir, sino reeducar al cuerpo y la mente.
La nicotina —una de las sustancias más adictivas conocidas— puede tardar de 4 a 6 semanas en salir del sistema. “Una sola pitada puede reactivar la adicción”, advierte Levkovich. Por eso, cada recaída se trabaja sin culpa, entendiendo que el progreso no es lineal.
Dejar de fumar es más que una victoria personal: es un acto de amor propio.
Cada historia de cesación es una bocanada de esperanza. Y aunque el camino no sea fácil, la red pública de salud bonaerense demuestra que el cambio es posible cuando hay acompañamiento, escucha y decisión.
Hoy, cientos de bonaerenses respiran distinto. Y cada respiro cuenta.
👉 Martina Ríos – Ensobrados, cuando el aire limpio también es una conquista social.