Alberto Fernández volvió al ring digital y compartió un posteo que llamó idiota a Javier Milei y a Joe Biden. El exmandatario reavivó la grieta con su “Querida Argentina” mientras las redes sociales explotaban entre memes, insultos y sarcasmos políticos. En medio del swap de dólares con Estados Unidos, la política argentina volvió a dar espectáculo.
✍️ Por Dante Villegas – Ensobrados.com.ar
El país todavía no se repuso del dólar volador y de la inflación en modo after party, pero Alberto Fernández decidió reaparecer. No con autocrítica, no con un plan, sino con un retuit. Sí, nuestro expresidente volvió a los titulares no por gestionar, sino por compartir un posteo ajeno: el del escritor estadounidense Don Winslow, quien llamó “idiota” a Javier Milei y al mismísimo Joe Biden.
Dice @donwinslow :
“Querida Argentina,
Lamento que su presidente sea un IDIOTA.
Y no puedo creer que el actual Presidente de los Estados Unidos (también un idiota) le haya dado a su idiota Presidente 20 MIL MILLONES de dólares de los impuestos de los estadounidenses… https://t.co/l4mAmHV7hK— Alberto Fernández (@alferdez) October 10, 2025
Y Alberto, fiel a su estilo, no dudó en sumarse al coro de insultos. Traducido y amplificado, el mensaje quedó así:
“Querida Argentina, lamento que su presidente sea un idiota. Y no puedo creer que el actual Presidente de los Estados Unidos (también un idiota) le haya dado a su idiota Presidente 20 mil millones de dólares de los impuestos de los estadounidenses trabajadores. Ambos son payasos.”
Sí, eso compartió el hombre que hace menos de dos años se sentaba en el sillón de Rivadavia.
El origen del berrinche: el swap de 20.000 millones de dólares que el Tesoro de Estados Unidos anunció con el Banco Central argentino. Un acuerdo financiero destinado a “estabilizar” la economía, según Scott Bessent, el nuevo cerebro económico del Tesoro.
En criollo: Estados Unidos presta músculo financiero para que Milei no se hunda antes de las elecciones legislativas de octubre.
¿Es una jugada geopolítica? Sí. ¿Es insólito que un país quebrado consiga aire con respaldo yanqui? También. Pero lo realmente insólito es ver a un expresidente argentino celebrando que otro presidente argentino sea tildado de idiota en otro idioma.
Alberto acompañó su retuit con una joyita digna de antología kirchnerista:
“En la tierra de Trump ven lo que no quieren que veas. Despertá y salgamos de esta pesadilla.”
Traducción libre: el expresidente que negoció con el FMI, imprimió billetes como si fueran figuritas del Mundial y dejó un 211% de inflación… ahora nos llama a “despertar”.
Si Freud viviera en Argentina, ya estaría escribiendo su nuevo libro: “El retorno del ex que no supera la urna”.
Legalmente, sí. Moralmente, un poco menos.
El artículo 109 de la Constitución dice que el Presidente de la Nación no puede ejercer funciones judiciales. No dice nada de los expresidentes ejerciendo funciones de panelista en Twitter.
Pero la línea entre “crítica política” y “daño institucional” se vuelve fina cuando el exjefe de Estado de un país repite insultos de un extranjero hacia el gobierno actual.
En cualquier democracia seria, ese tipo de mensajes se consideran una falta de respeto institucional. En Argentina, se transforman en trending topic.
Gana Milei, que suma un enemigo perfecto: un expresidente con credibilidad en negativo. Su comunidad libertaria ya salió con el hashtag #AlberIdiota a devolver gentilezas.
Pierde Alberto, porque ni los suyos lo bancan. El kirchnerismo lo considera un mueble viejo del Salón Blanco.
Gana Don Winslow, que probablemente ni sabe quién es Alberto, pero hoy sumó miles de seguidores argentinos.
Pierde la Argentina, que vuelve a ser tema en el exterior, pero por la pelea entre dos presidentes —uno real y uno en modo influencer frustrado.
Twitter, TikTok e Instagram se convirtieron en una batalla campal:
“El idiota sos vos, que nos dejaste el país incendiado”, le escribieron debajo del post.
“Alberto tiene más wifi que dignidad”, ironizó otro usuario.
Mientras tanto, los libertarios editaron el post con voz de Loquendo y música de The Imperial March para coronar el momento.
En TikTok, los clips con el texto “Querida Argentina, tu ex volvió” superaron las 300 mil vistas en pocas horas.
Alberto, sin querer, se convirtió en el community manager del enojo nacional.
En el fondo, esto no es política: es despecho.
Un expresidente que no soporta ver que otro —aunque sea más excéntrico que el dólar cripto— sigue manejando el timón.
La política argentina no necesita enemigos externos: se autodestruye con retuits vengativos.
Y mientras el país espera que baje el dólar, suba el salario o al menos llegue la primavera, Alberto Fernández nos deja una enseñanza involuntaria:
No hay peor pesadilla que un político que se cree influencer.