Nissan Argentina anunció el cierre de su planta en Santa Isabel, Córdoba, poniendo fin a la producción de la pick up Frontier tras siete años de inversión por US$ 730 millones. La compañía trasladará toda su fabricación a México, mientras Renault, dueña del predio, ofrecerá retiros voluntarios a 300 empleados y proyecta producir desde 2026 la pick up Niagara. Este cierre marca el fin de una sociedad que también involucraba a Mercedes Benz y genera un nuevo debate sobre la industria automotriz argentina, la sostenibilidad de las inversiones extranjeras y el impacto laboral en Córdoba. En redes sociales, la noticia se viralizó con hashtags como #AdiósNissan y #Niagara2026, provocando reacciones de oficialistas y opositores por igual. La salida de Nissan Argentina evidencia cómo decisiones empresariales globales influyen directamente en la economía local y el mercado laboral.
Introducción
Nissan oficializó el cierre de su planta en Santa Isabel, Córdoba, poniendo fin a siete años de producción local de la pick up Frontier. Desde 2015, la automotriz japonesa había invertido US$ 730 millones, con la expectativa de consolidarse en el mercado regional. Ahora, la fabricación se trasladará completamente a México, mientras Renault —dueña del predio— prepara nuevas estrategias industriales.
La decisión no fue inesperada, pero sí impactante: la planta que albergó la producción de Frontier dejará de ensamblar vehículos bajo la marca japonesa. Nissan argumenta que concentrar la producción en México permitirá optimizar costos y logística, aunque implica la pérdida de empleos y un golpe a la industria automotriz local.
El proyecto, que en su momento involucró a Mercedes Benz como socio estratégico en ciertas áreas de producción, refleja cómo las alianzas internacionales pueden disolverse cuando el negocio global exige centralización y eficiencia sobre presencia local.
Renault, propietaria del predio, anunció que ofrecerá retiros voluntarios a 300 operarios. Se trata de un paquete que incluirá indemnizaciones y beneficios adicionales, según la legislación laboral argentina, intentando amortiguar el impacto social de la medida.
El cierre de Nissan también reabre el debate sobre la sostenibilidad de las inversiones extranjeras en Argentina, donde los cambios de política económica y los costos internos muchas veces llevan a que compañías multinacionales reubiquen sus plantas en el exterior.
Perdedores: los trabajadores de Santa Isabel, proveedores locales de autopartes y el mercado laboral cordobés. La industria pierde experiencia acumulada y capacidad de ensamblaje nacional.
Ganadores: Nissan, que reduce costos de producción, y México, que consolida su posición como hub automotriz regional. Renault, en paralelo, proyecta fabricar a partir de 2026 la pick up compacta Niagara, buscando mantener actividad en el predio y aprovechar la infraestructura existente.
En Twitter y LinkedIn, la noticia generó mezcla de indignación y análisis frío:
Opositores al gobierno destacaron la falta de incentivos locales y la “fuga de inversiones”.
Oficialistas intentaron matizar la noticia, apuntando a los planes de Renault y la promesa de nuevos proyectos industriales.
Memes sobre “la Frontier que se fue a México” ya circulan en Instagram, mientras hashtags como #AdiósNissan y #Niagara2026 ganan tracción.
🎭 Cierre Ensobrados
Siete años, US$ 730 millones y una sociedad con Mercedes Benz se despiden de Córdoba. La pregunta que queda flotando en el aire: ¿seguirá Argentina siendo un terreno fértil para la industria automotriz o apenas un trampolín para las multinacionales que buscan eficiencia en otros países?