YPF lanzó una nueva funcionalidad en su App YPF que permite pagar combustible y productos en dólares, respaldada por Banco Santander. Una “innovación digital” que suena moderna, pero deja sabor a ironía: podés gastar tus dólares, aunque no tocarlos ni retirarlos. Desde Ensobrados analizamos cómo esta medida mezcla tecnología financiera, control estatal y marketing de “modernización”, mientras el bolsillo argentino sigue en rojo. Una crítica política y económica sobre el país donde la nafta sube, el peso baja, y la innovación se mide en apps, no en salarios.
Mientras la mitad del país hace malabares para llenar el tanque, YPF Digital presentó su nueva genialidad: pagar en dólares la nafta. Sí, como lo leés: ahora podés financiar tu auto con los mismos billetes que te pide el contador que guardes debajo del colchón.
Según el comunicado oficial, se trata de “una innovación que ofrece mayor flexibilidad y transparencia”. Claro, porque lo que más necesitábamos los argentinos era más opciones para no entender a cuánto está el dólar.
A partir de ahora, quien tenga su cuenta en dólares podrá fondear la App YPF y gastar en la red de estaciones del país, desde la súper hasta el café con medialuna en Tienda Full.
Eso sí: no se te ocurra querer sacar los dólares, transferirlos a otro lado o mezclarlos con pesos. Acá el “billete verde” es un unicornio digital: existe, pero no se toca.
Según YPF, el tipo de cambio usado será el del dólar comprador del Banco Nación. O sea, el de las pizarras que cambian menos que el sueldo mínimo.
La app está respaldada por Banco Santander, porque no hay nada más argentino que una empresa estatal usando tecnología española para mover dólares norteamericanos.
El presidente de YPF Digital, Guillermo Garat, dijo que esta novedad “refuerza el compromiso con la innovación”. Lo que no aclaró es si esa innovación incluye un surtidor que te diga cuántos salarios mínimos cuesta llenar el tanque.
La jugada de YPF parece más financiera que energética. Permite que los usuarios “paguen en dólares”, pero sin que eso implique una operación de cambio. En resumen: podés gastar dólares, pero no comprarlos, ni venderlos, ni usarlos en otra cosa.
Una especie de limbo cambiario, donde el peso no sirve, el dólar no circula y la nafta vale más que el vino.
El gobierno celebra la medida como otro paso hacia la “modernización digital”, mientras los surtidores se vacían de clientes y las estaciones llenan sus carteles de aumentos.
YPF te deja pagar en dólares, pero no te salva de sentirte pobre en pesos.
Porque si algo aprendimos en este país, es que la innovación siempre llega primero a las apps… y nunca al bolsillo.
Dante Villegas, desde la estación de servicio, donde el único que sonríe con el tanque lleno es el gerente del Santander.