¿Cuánto costará veranear en la Costa Atlántica 2026? Mar del Plata, Pinamar, Gesell y más con precios dolarizados, tarifas imposibles y la estafa playera del verano argentino.
La Costa Atlántica ya no es el mar argentino: es Las Vegas con olor a bronceador y precios de Wall Street. Los martilleros acaban de tirar la bomba de humo tarifaria y, como cada septiembre, nos enteramos de que pasar una semana bajo un mediodía ventoso sale lo mismo que un viaje a Río de Janeiro con caipirinha incluida.
Los números hablan solos: Mar del Plata te cobra $120.000 por una casa para cuatro —casi lo mismo que un hotel tres estrellas— y $60.000 por clavar una carpa que, spoiler, no viene con Netflix ni desayuno continental. Necochea, la de las playas infinitas, te pide $90.000 por noche como si hubiera instalado dunas calefaccionadas. Y el Partido de La Costa se convirtió en una especie de Monopoly turístico: en San Bernardo te venden departamentos a $65.000, mientras en Costa Esmeralda te exigen U$D300 la noche para escuchar el mismo mar, solo que filtrado por médanos más exclusivos.
Gesell juega al doble discurso: “popular” en la cabecera (departamento a $60.000) y “boutique” en Mar de las Pampas ($200.000 la noche en una casa). Pinamar, por supuesto, ya no cobra en pesos: su economía funciona en dólares, quincenas de U$D8.000 y casas de U$D18.000 enero completo. El paraíso de los que odian las colas pero aman la conversión dólar blue.
Mientras los sueldos bailan con la inflación como en un boliche sin aire acondicionado, los precios playeros parecen escritos por un broker enloquecido. El 75% de ocupación de la última temporada —la peor desde la pandemia— no fue casual: cada vez más familias se quedan en casa, hacen turismo de balde (pileta inflable + ventilador) o se resignan al “plan parrilla y pelopincho”.
Lo curioso es que los operadores turísticos siempre responden lo mismo: “es lo que vale la experiencia”. Claro, la experiencia de pagar $1.170.000 por una carpa en Necochea o gastar el aguinaldo completo en un fin de semana largo en Cariló.
🌍 Destino | 🏠 Casa (4 pers.) | 🏨 Hotel doble | 🏢 Depto. | ⛱️ Carpa |
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Mar del Plata 🐟 | $120.000/noche | $130.000/noche | $65.000 | $60.000/día |
Necochea 🌊 | $90.000 – $140.000/noche | $120.000/noche | – | $1.170.000 temporada |
San Bernardo 🏖️ | – | – | $65.000/noche | – |
Costa del Este 🌲 | U$D100/noche | – | – | – |
Costa Esmeralda 💎 | U$D300/noche | – | – | – |
Villa Gesell 🏄♂️ | $130.000/noche | $125.000/noche | $60.000/noche | $55.000/día |
Mar Azul 🌅 | $138.000/noche | – | – | – |
Mar de las Pampas 🌴 | $200.000/noche | – | – | – |
Pinamar 🏝️ | U$D200/noche (depto.) | – | U$D4.000/mes | U$D18.000 enero (casa 4 amb.) |
Cariló 🌳 | U$D8.000/quincena | – | – | – |
👉 El mar es gratis, pero el bronceado en “modo premium” parece cotizar como si te lo hiciera Dior.
La dolarización de Pinamar y Costa Esmeralda es el mejor ejemplo de la grieta veraniega: mientras en San Bernardo todavía se pelean por un tres ambientes con balcón a $65.000 la noche, en el country marítimo ya te ofrecen casas a U$D300, como si el turista fuera un jeque árabe que solo se broncea con champagne.
El modelo se repite: precios que suben por las nubes, salarios que se arrastran como caracol, y una clase media que —entre resignada y enojada— empieza a mirar con cariño a Uruguay, Brasil o, directamente, a la reposera en la terraza de su casa.
Vacacionar en la Costa Atlántica ya no es un derecho de clase media: es un deporte extremo para ricos con billetera blindada. El mar es el mismo, la arena también, pero los precios están escritos como si cada ola viniera con un voucher para Disney.