
Milei vende el superávit como el Santo Grial de la política económica. El Presupuesto 2026 proyecta un 1,5% de superávit primario del PBI y hasta un superávit financiero del 0,3%. Además, refuerza la prohibición de usar al Banco Central para financiar al Tesoro.
💣 Consecuencia: si los ingresos se pinchan, la motosierra caerá sobre áreas sensibles como salud y educación. Un logro contable puede transformarse en una crisis social con protestas en las calles y provincias al borde del colapso.
El Gobierno pinta un escenario de crecimiento del 5%, inflación del 10,1% y un dólar promedio de $1.423 en 2026. Todo perfecto… sobre el papel.
💣 Consecuencia: si las metas no se cumplen, la credibilidad se desploma. El riesgo es repetir el viejo truco argentino: números oficiales que nadie cree, brecha cambiaria disparada y precios que no cierran en el changuito del supermercado.
Milei asegura que el 85% del gasto irá a educación, salud y jubilaciones, con aumentos reales: salud +17%, educación +8%, jubilaciones +5%.
💣 Consecuencia: todo depende de que la inflación baje como pronostican. Si no, esos incrementos se convierten en pérdida real. Universidades y hospitales seguirán desfinanciados y los jubilados seguirán corriendo atrás de los precios.
El Presupuesto espera que la recaudación suba un 23% nominal vía impuestos clásicos: IVA, Ganancias, retenciones y débitos bancarios.
💣 Consecuencia: el plan se sostiene con que la gente consuma más y pague más. Pero si la economía se enfría, crecerá la evasión y se pincharán los ingresos. Milei promete no crear nuevos impuestos, pero sí exprime a los de siempre.
La novedad es la “extinción de obligaciones recíprocas” para compensar deudas entre Nación y provincias. Milei habla de trabajar “codo a codo”, pero viene de chocar fuerte con gobernadores.
💣 Consecuencia: la herramienta se convierte en arma política. Los gobernadores alineados reciben oxígeno; los rebeldes, tijera. Esto puede derivar en parálisis de obras, crisis salariales provinciales y más desigualdad entre AMBA y el interior.
El Presupuesto 2026 de Milei es más que un Excel: es un manifiesto ideológico.
Si funciona, Milei se anota como el presidente que domó la inflación y ordenó las cuentas.
Si falla, explota en la cara: conflictividad social, universidades quebradas, hospitales colapsados y provincias en default.
En criollo: el presupuesto promete estabilidad, pero puede parir tormentas.