Miguel Arena y Gustavo Arena llevaron las propuestas del Frente de Izquierda Unidad a San Bernardo: volanteada frente al Banco Provincia, entrevista en Radio Opinión de La Costa y un mensaje claro contra el ajuste. La campaña avanza en la calle y los medios, defendiendo una salida de fondo para los trabajadores.
Este martes por la mañana, la militancia de Izquierda Socialista en el Frente de Izquierda Unidad se hizo sentir en San Bernardo. Volantearon, charlaron con vecinos, entregaron boletas frente al Banco Provincia y dejaron un mensaje claro: hay salida a la crisis, pero no viene de la mano de los que gobernaron siempre.
La actividad estuvo encabezada por Gustavo Arena, candidato a concejal, acompañado de militantes locales que no le esquivaron el cuerpo al sol costero ni a las preguntas de la gente. “No somos candidatos de escritorio ni de redes sociales. Caminamos cada barrio, cada cuadra, y hablamos cara a cara con quienes sufren el ajuste”, resumieron.
El contacto directo no es casual: mientras la política tradicional reparte promesas vacías, la izquierda insiste en el trabajo territorial como método y bandera.
Además, el candidato a senador Miguel Arena llevó sus propuestas a los micrófonos de Radio Opinión de la Costa, donde habló sin eufemismos sobre inflación, salarios y desempleo:
“La clase trabajadora está pagando una crisis que no generó. Los gobiernos, sean del color que sean, se arrodillan ante el FMI, ajustan jubilaciones y salarios, mientras las grandes empresas siguen ganando fortunas. Nosotros decimos basta: hay que romper con el Fondo, dejar de pagar la deuda y usar esos recursos para trabajo, salud y educación.”
La intervención fue clara: la salida de fondo no pasa por parches ni promesas electorales, sino por medidas concretas que enfrenten a los poderosos.
En un escenario electoral saturado de promesas recicladas, la izquierda apuesta a otra forma de hacer política: sin empresarios financiando, sin favores que devolver y sin jefes políticos escondidos en despachos.
Mientras algunos candidatos locales gastan fortunas en cartelería y publicidad oficial, los militantes del Frente de Izquierda hacen colectas, imprimen sus propios volantes y los reparten mano en mano, defendiendo cada propuesta en la calle.
Los vecinos de San Bernardo y alrededores dejaron claro lo que sienten: bronca con los que gobiernan y desconfianza hacia los que dicen venir a salvarlos. Pero también hay ganas de escuchar alternativas reales.
Los reclamos se repiten:
La plata no alcanza
Los alquileres son impagables
La salud pública está colapsada
No hay laburo estable, sólo changas
Ante eso, la izquierda propone un plan de emergencia financiado por los que más tienen, no por los trabajadores ni los jubilados.
Lejos de quedarse en un acto aislado, Gustavo Arena y su equipo ya anunciaron nuevas recorridas y actividades de difusión en distintos puntos del Partido de La Costa.
“Nuestra campaña es militante y colectiva. No dependemos de punteros ni de favores del poder. Vamos a seguir denunciando a quienes ajustan y mostrando que hay otra salida posible”, remarcaron.
La presencia en medios locales, sumada a la caminata por las calles, marca el pulso de una campaña que busca crecer con el contacto directo y la fuerza de la militancia.
Volanteo frente al Banco Provincia: contacto directo con jubilados, trabajadores y comerciantes.
Entrevista en Radio Opinión: espacio para plantear propuestas sin filtros.
Defensa de un programa claro: ruptura con el FMI, aumento salarial de emergencia, y priorizar la salud y educación pública por encima del pago de la deuda.
La izquierda no promete “gestionar mejor lo mismo”, sino cambiar las reglas del juego. Y eso incomoda a más de uno en la política local.
Mientras muchos candidatos recorren estudios de TV y gastan millones en marketing, en San Bernardo hubo una muestra de política a la vieja usanza: cara a cara, volante en mano y propuestas concretas.
La voz de Miguel Arena y la presencia de Gustavo Arena en las calles reflejan un mensaje contundente: “La salida es de fondo, y no se negocia en despachos cerrados ni en cenas con empresarios. Se construye en la calle, junto a los trabajadores y los vecinos.”