Se parte la oposición en el Partido de La Costa: el PRO rompe con La Libertad Avanza y nace “Hacemos La Costa”, un espacio que se vende como vecinalista y diverso. ¿Hay algo nuevo en los nombres o es más de lo mismo disfrazado de “aire fresco”?
En el cierre de listas de este 20 de julio, el microclima político del Partido de La Costa estalló con novedades que prometen más humo que fuego real. Mientras se oficializaba la lista de “Hacemos La Costa” con promesas de aire nuevo, por el otro carril el PRO anunciaba su ruptura con La Libertad Avanza, evidenciando que ni en la oposición hay brújula firme.
📉 El PRO dijo “hasta acá” con los libertarios, en voz de su referente Matías Porta, quien declaró que el acuerdo con LLA “ya no tenía sentido” y que lo que se viene es “una oposición con más gestión, valores y compromiso”. Lo dijo sin que se le cayera la cara. Porque, claro, hablar de valores después de ir de la mano con Milei y sus zombies legislativos es, mínimo, curioso.
🧠 Pero no se trata solo de rupturas: también apareció el fenómeno “Hacemos La Costa”, encabezado por Juan Ojeda. Se presentan como “vecinalistas”, “diversos”, “profesionales, comerciantes, estudiantes, vecinos”. Todo muy hermoso. Pero cuando uno revisa con lupa, aparecen algunas dudas: ¿cuánto de vecinalismo hay y cuánto de rejunte electoral? ¿Cuánto de ciudadanía y cuánto de oportunismo?
El armado está liderado por Juan Ojeda, con Ludmila Elena, Martín Aloe, Cinthia Mellino y Héctor Malde entre los primeros lugares. Hasta ahí todo bien. Prometen “trabajo colectivo”, una visión amplia y dejar atrás las peleas partidarias. El problema es que esa frasecita de “dejar atrás las peleas” se parece más a una jugada para no rendir cuentas que a una apuesta seria por lo comunitario.
🎭 Si hay algo que nos enseñó la política costera es que muchos se camuflan detrás de discursos “transversales” para terminar haciendo alianzas funcionales a los mismos de siempre. ¿Qué tan vecinal puede ser una lista cuando muchos de sus miembros ya estuvieron cerca del poder o lo buscaron hace dos años desde otros frentes?
La ruptura del PRO con La Libertad Avanza es tan sorpresiva como previsible. Se sabían incompatibles. El orden de los excelentísimos amarillos no combinaba con el caos mesiánico de los libertarios. Lo que llama la atención es el timing: a semanas del cierre de listas, se van pateando el tablero sin tener claro quién se queda con qué.
🔪 Lo de Porta suena a pase de factura. Quiso jugar con fuego y salió chamuscado. Ahora habla de valores. ¿Qué valores? ¿El de las encuestas? ¿El de volver a ser una oposición prolija, cuando hace rato están a los codazos en cada interna?
La Costa, en el medio, mira con desconfianza.
El problema de fondo no es la ruptura. Ni siquiera los nuevos nombres. El problema es el relato de renovación, ese acting de pureza política que se cae a pedazos al primer Googleo.
“Hacemos La Costa” dice que no responde a estructuras partidarias, pero varios de sus integrantes vienen de la política tradicional. Y el PRO dice que se va de LLA por principios, pero estuvo abrazado al monstruo hasta ayer a la tarde.
👀 Los votantes lo saben. Lo sienten. Y si no lo sabían, hay que contárselo con claridad. Porque la verdadera renovación no está en caras nuevas o lemas frescos. Está en otra forma de hacer política, y eso, hasta ahora, brilla por su ausencia.